Este disco salió el mismo día de su cumpleaños, el 8 de enero. El día 10 la estrella se apagó, el duque dejó sus arlequines en el camerino, el rayo rojo lo dibujó sobre el cristal, mientras su espíritu se disolvía por el éter buscando a "Starman".
La noticia fue un mazazo, un golpe inesperado. Todos estabamos expectantes tras las primera audición del tema que titula el disco. En plena forma Bowie decíamos, arriesgado, inconformista, su disco más difícil. Qué lejos estabamos de pensar que hacía 18 meses un galeno le dijo que en su hígado habitaba un cuerpo extraño, una nación de guerreros mortecinos que habían cogido su cuerpo para terminar con él, plantado su bandera diciendo que de aqui no se movían, hasta el fin.
Mirando atras. El Bowie actor. "Feliz navidad, Mr. Lawrence". Amor en una prisión japonesa. Preso de una batalla entre barrotes de caña de azucar y torturas de calor. El imperio del sol naciente. La estrella rubia que todo lo iluminaba. Mirando atrás, la etapa berlinesa, la música electrónica, la música de baile, el rock.... Todo se lo debemos a David, Después de su muerte, de la de Lou, de la de Lemmy, me pregunto quienes serán los siguientes. Se acaban los ídolos, el mito nace, pero muere el instrumento de la creación. Los grandes se acaban y no hay recambio. Quizás dentro de 20 años miremos a J Macis y a Thurston Moore como nuestros adalides canosos. Pero no es lo mismo. La influencia cultural y musical de los que se estan yendo es tan grande por los caminos que abrieron, que no tienen parangón ni es posible similitudes algunas.
Aunque mi crecimiento musical y mi banda sonora personal esta en los 90 y en todas las bandas que dieron sombra a mis tristezas y alegría personales, no puedo dejar de reconocer que estos músicos creadores de estilos y voluntades son irrepetibles. Su hueco es imposible llenar. Así es la ley de la vida. Un calendario, un cronómetro, una fecha de caducidad......
El disco me llegó está semana y no he parado de darle vueltas. Después de ver el vídeo de "Lazarus", todo tiene sentido. Bowie sabía que se moría y quiso dejar su canto de cisne. Su obra más incómoda. En negro el cartón del cd, el cd, y toda lo que se encuentra dentro. "Me voy chicos, aqui os dejo mi epílogo". Los nueve minutos de la canción que titula el disco lo dice todo. Saxos que se sienten tristes, música apaciguada con dolor, Bowie que se pone un manto oscuro y hace de enjambre eléctrico, de suspenso interior. Me quedo sin palabras cuando lo escucho. Solemne, metralla de lirismo, la guadaña que se esfuerza en convertir su amenaza en rosa funesta, el dolor, el dolor, siempre el dolor antesala del irse.
Tony Visconti su inseparable amigo, le acompañó hasta el final. Y también, como muchos otros, fue participe de mantener oculta la enfermedad del camaleón. Brixton lleva de luto desde el 10 de enero. No sabemos cuando se quitará su ropaje funesto. "'Tis a pity she was a whore" quiere parecer una pieza más alegre pero no puede. Jazz perplejo, todo ensamblado en una perfecta sintonía atronadora que como las restantes canciones del disco ya forman parte de la historia. Y llegamos a "Lazarus". Qué decir de su incio. Del drama que vemos en el clip, de la venda en los ojos, de su cara tomada al asalto por la enfermedad, de esa mano que sale debajo de la cama como amenaza de lo que vendrá. Ahora tiene todo sentido. David supo poner sobre el mármol de su tumba el epitafio que el quiso construir y nació la estrella negra. Y "Lazarus" da miedo y hace llorar. y "Lazarus" es una forma de pensar nuestro propio fin. Arte y decadencia, ocaso de guerrero, el musical de los constructores de puentes etéreos.
"Sue (or in a season of crime)" es rock progresivo, asfixiante, una tensa cuerda de instrumentos que se rinden ante la voz del que tantas horas de alegría nos dió. La escucho y me apunto en la palma de la mano King Crimson. Y "Girl loves me" es extraña, barroca, fuma en pipa mientras te quedas esperando que explote su turbación inquietante. Me quedo en silencio un momento. Vale, sigo. "Dollar days" es uno de los puntos más hechiceros del disco. Canta mejor que nunca, y te somete a su pop atronador. Una galán bajo los focos, una conmoción que hace temblar los cielos. Que no se acabe, que no se acabe, que no se acabe....
"I can't give everything away", otra cima insuperable, el ocaso del disco, las manos que salen desde la ventana del tren y dicen adios mientras dejan caer un pañuelo zurcido con palabras que solo podrán traducir los que esfuerzan por hablar con el corazón. ¿Qué decir de "Black star", qué no dirán a partir de ahora?
Numero 1 en ventas en España, en USA, en su casa inglesa. Ha tenido que morirse para copar la cima. Esté donde esté mostrará una mueca de las suyas y sus dos ojos tendran un mismo color. Aun no inventado, ni definido. Adios David, adios molde roto por el martillo de los avatares de la vida. Nos quedamos huerfanos pero tenemos la Quija de tus discos para cuando nos hallemos bajo de forma llamarte en forma de canción. "Let's Dance"......